Ayer, La Salle Centro Universitario acogió la Mesa de Identidades de lo Social, un evento pensado para el aprendizaje práctico y el intercambio de experiencias. Los estudiantes de Terapia Ocupacional, Educación Social, Trabajo Social e Integración Social pudieron conocer de primera mano la realidad del ejercicio profesional a través de los testimonios de expertas en cada campo (todas ellas egresadas de La Salle).
Ana Isabel Martín Fernández, de Educación Social, compartió su recorrido profesional desde sus inicios en una pequeña biblioteca municipal, donde impulsó actividades de animación a la lectura con diversos colectivos, hasta su paso por el SAMUR Social, donde tuvo su primer contacto con la realidad de las personas sin hogar. También relató su experiencia en un voluntariado en Irlanda, relacionado con mujeres madres solteras sin un hogar propio, y su posterior trabajo en un punto de encuentro familiar en Toledo, donde intervino en situaciones de separación conflictiva. Actualmente, trabaja en un centro de atención a la infancia en San Blas. Subrayó la importancia de la formación continua, el autocuidado y la gestión emocional en profesiones con alta carga de conflicto.
Irene Tolosa, trabajadora social, recordó sus inicios en el centro de acogida La Rosa para personas sin hogar, donde adquirió experiencia en mediación de conflictos e inclusión social. Hoy en día, desarrolla su labor en los servicios sociales de Ciudad Lineal, donde ha podido tener contacto con la gestión de asistencia tanto primaria como zonal. Habló sobre la importancia de la coordinación con otros profesionales y el conocimiento de los recursos disponibles para ofrecer la mejor ayuda posible a cada usuario. Además, destacó la posibilidad de opositar como una alternativa profesional a considerar.
Por su parte, Leyre Cuevas, terapeuta ocupacional, explicó el papel de esta profesión en la intervención social y comunitaria para mejorar la calidad de vida de las personas. Con experiencia en el centro DIEM, que atiende a personas con discapacidad intelectual y trastornos mentales y de conducta, destacó la relevancia del vínculo con el usuario y la importancia de un enfoque integral que incluya tanto a la familia como al entorno. Insistió en la necesidad de evaluar cada caso de manera individual, sin caer en la aplicación mecánica de protocolos. También recomendó colegiarse, conocer bien el mercado laboral y mantenerse siempre en constante formación.
Andrea González, técnica en Integración Social, expuso su experiencia en un centro de menores migrantes, donde destacó la necesidad de un enfoque multidisciplinario en la intervención. Habló sobre la brecha salarial entre profesionales del un mismo equipo que afecta al sector. Abordó las dificultades que enfrentan los menores al cumplir la mayoría de edad, muchas veces quedando en situación de calle por falta de recursos. Explicó cómo los profesionales buscan conectar con los adolescentes mediante conversaciones informales, al no ser útiles entre adolescentes los talleres y formaciones habituales, y cómo han trabajado para garantizar una atención equitativa sin distinción de procedencia. También resaltó la importancia del trabajo en equipo y de comprender las culturas y religiones de los colectivos migrantes con los que se trabaja.
Los testimonios estuvieron enriquecidos con casos reales, lo que permitió a nuestros estudiantes comprender mejor los retos y oportunidades de cada profesión. La jornada concluyó con un espacio de preguntas y debate, en el se pudieron resolver dudas y reflexionar sobre su futuro profesional.